La economía, en tanto profesión, durante mucho tiempo ha sido demasiado blanca, demasiado masculina, demasiado centrada en Occidente y demasiado hostil a los enfoques no convencionales o mainstream. Hoy, se lanza una nueva herramienta – la Base de Datos D-Econ – para lidiar con este problema.
“Todas las mujeres estaban ocupadas”. “No hay gente de color trabajando en este tema”. “El problema es que la disciplina se encuentra dominada por hombres, no es específico de este panel en particular”. “Necesitábamos economistas reconocidos y todos los economistas reconocidos son hombres blancos y residen en el Norte Global/Global North”.
Todxs hemos escuchado estas excusas muchas veces. Las mujeres, las minorías y lxs académicxs del Sur Global/Global South están sumamente subrepresentadxs en la Economía en tanto disciplina, y eso hace que la creación de paneles que no solo reproduzcan las identidades dominantes en el campo sea un desafío. La alta concentración de unas pocas identidades dominantes en la ciencia económica ha provocado, con razón, la indignación contra los paneles donde todxs son hombres y/o blancxs.
Cada vez es más evidente que esta subrepresentación no es simplemente un problema de elección, es decir que menos mujeres, minorías y académicxs del Sur Global elijan no ser parte del campo. Todo lo contrario. La evidencia empírica muestra que existen sesgos sistémicos que hacen que sea más difícil para lxs economistas que no son blancxs, ni hombres, y que no residen en el Norte Global, ser escuchadxs. Otra fuente de discriminación tiene que ver con el enfoque teórico. De hecho, la economía es “única entre las ciencias sociales ya que tiene una sola corriente principal monolítica, que desconoce o es activamente hostil a los enfoques alternativos” (King, 2013: 17).
Las exclusiones estructurales en Economía
La discriminación basada en la identidad de género ha sido documentada exhaustivamente en el campo de la economía. Algunos ejemplos de discriminación hacia las mujeres en la economía incluyen: estándares de publicación más altos que para con los hombres, menor probabilidad de que se les dé crédito por su trabajo cuando son coautoras con hombres, mayor probabilidad de que enfrenten a un proceso de revisión de pares más extenso, mayores dificultades para conseguir la titularidad en su puesto (es decir, un trabajo permanente).
El caso de las mujeres pertenecientes a minorías presenta una realidad aún más alarmante. El 62% de las economistas afroamericanas ha denunciado algún tipo de acoso, discriminación y trato injusto o irrespetuoso. Las economistas de color experimentan una cultura discriminatoria, sexista y hostil, sino que también se las cita menos, se les paga menos y tienen menos éxito en solicitar ascensos en comparación con sus pares blancas. Se pueden ver patrones similares en el Sur Global, por ejemplo en Brasil, donde las mujeres son una pequeña minoría en los niveles más altos de la academia mientras que en Sudáfrica las mujeres de color continúan siendo marginalizadas en la academia.
Las consecuencias de una disciplina estrecha
La falta de diversidad en la disciplina conduce a una falta de atención a los temas que afectan específicamente a los grupos subrepresentados, empezando por las teorías y modelos empleados para entender el mundo, e incluyendo a la investigación económica y a las decisiones de política pública. Las teorías económicas, como otras teorías sociales, se ven afectadas por el contexto en el que se producen. Por lo tanto, las teorías producidas en el Norte Global, que dominan los manuales de economía a nivel mundial, pueden no ser particularmente relevantes para comprender los problemas globales o las economías con diferentes estructuras institucionales, por ejemplo, debido a su pasado colonial o posición periférica en la economía global (ver por ejemplo Chelwa 2016 o Jayadev 2018).
También es más probable que los grupos marginados aporten puntos de vista que de otro modo estarían ausentes o subvalorados. Un ejemplo de esto es que las mujeres son mucho más propensas a reconocer y participar en los problemas asociados con la exclusión del trabajo doméstico del PIB (ver, por ejemplo, el trabajo de Nancy Folbre y el Women’s Budget Group). De manera similar, los artículos con al menos un autor de color tienen más probabilidades de informar un hallazgo de discriminación racial.
Además, la diversidad también tiende a conducir a mejores resultados que pueden ser beneficiosos para las decisiones de política económica. Por ejemplo, los grupos diversos en tanto su composición de género y etnia tienden a desempeñarse mejor que los grupos homogéneos. Recientemente, se ha demostrado que la creación de grupos diversos da como resultado el desarrollo de la inteligencia de grupo debido a la combinación de diferentes conocimientos.
Por lo tanto, es probable que una ciencia económica más diversa y descolonizada estimule nuevos conocimientos y debates en economía que el monismo podría sofocar. La descolonización de la teoría económica no se trata simplemente de proporcionar un contexto histórico, sino de reconocer que las teorías que surgen por fuera del Norte Global pueden proporcionar puntos de partida fructíferos.
En línea con esto, D-Econ tiene tres objetivos interrelacionados para diversificar y descolonizar la economía:
1. Representación más igualitaria en términos de identidad,
2. Más apertura en términos de enfoque teórico y metodológico, y
3. Descolonizar la economía cuestionando el eurocentrismo históricamente producido en nuestro campo y su pretensión de neutralidad y universalidad.
Una forma de lidiar con la excusa más común
Hoy, Diversifying and Decolonising Economics (D-Econ) lanza la Base de Datos de D-Econ para lidiar con las exclusiones en términos de identidad (de género y étnica) y de enfoque teórico. Es una base de datos que reúne académicxs que abordan la economía desde una perspectiva no convencional y que a su vez están subrepresentadxs en términos de género, etnia y / o ubicación geográfica. El objetivo de la base de datos es aumentar la visibilidad y las oportunidades de estxs académicxs al abordar algunas de las excusas más comunes para la falta de diversidad en la profesión económica: la falta de conocimiento acerca de la existencia de académicxs no blancxs, hombres o no occidentales dentro de la economía.
La base de datos ya reúne la información de más de 100 personas y cada día se agregan nuevxs académicxs. Este es un proyecto comunitario de cocreación impulsado por un movimiento de base. Por ello, confiamos en su ayuda para agregar aún más personas. ¿Ud. califica como “subrepresentadx”? La siguiente infografía puede ayudarlx a saber si califica o no para sumarse a este emprendimiento. Lea más sobre la base de datos aquí y envíe su información aquí.
